Agile siempre fue un mal nombre

Israel Alcázar recuerda que el Manifiesto Ágil pudo llamarse "Adaptive" pero se eligió "Agile" para evitar conflictos de marca. La clave de la agilidad es la adaptación al cambio con equipos auto-organizados y descentralización en la toma de decisiones, enfocándose en entregar valor continuamente.